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Monday, March 20, 2006

Rituales de Invierno

Frío. La nieve ha copado todos los escondites negros. No hay más que una apesadumbrada y pálida oscuridad. Es época de cobija. Es la era de los jugueteos. Para unos es tiempo de prepararse para dormitar largamente. Para otros es tiempo de cacería. De apareamiento...
Una oscura noche el silencio llenaba los espacios del bosque .Ni las hojas se estrujaban .Ni el agua de los pétalos cantaba .Allí ,donde no hay parajes ni equis marcadas , donde cada sombra busca su descanso. De un enmarañado sitio se acercaban dos luces rojizas. Potentes como el rayo y fogosas como el fuego. Se movían rápido ,mucho antes de que se pueda pensar ya estaban posadas sobre el cielo descubriendo sus misterios .Lo observaban a solas . Meditabundos. Tristes . Calmados. De pronto se acercó el brillo de la noche y dejó descubrir una figura imponente .Era el animal más bello de los bellos y el más fiero de los fieros .Pero también era el más solitario .Era el lince rojo. Había regresado al mismo sitio de hace cinco años . Se detuvo a mirar .A percibir el aroma cálido y lúgubre que solía gustarle .Se dejó acariciar por el viento y alimentar de silencios .A pesar de su inmensa soledad ,se sentía pleno ,lleno y sobretodo...vivo .No tardó mucho en darse cuenta de que estaba siendo observado por unos ojos incapaces de ser descubiertos .Lo estudiaban . Veían sus movimientos ,sus jadeos ,su maldad ,su deliciosa maldad .Hasta que finalmente se encontró cara a cara con otro depredador .Otro esbelto y turbio animal que lo acechaba .Ambos se miraron .Dieron vueltas en círculo observando cada detalle de sus perfectas costuras .Ambos cargaban con el peso de sus estrepitosas sombras . Ambos se sintieron despojados de sus espacios ,de sus disfraces .El otro lince era pardo y ,al igual que el rojo ,tenía ligeros magullones de su agitada vida y los exhibía como trofeos de cacería . Pero su soledad no era tan voluptuosa y sádica como la del lince rojo .Era más bien tenue ,cándida ,de esas que vienen a ratos .
El lince rojo ,en cambio ,era un felino que iba de víctima en víctima con suma facilidad ,con exquisita frialdad y sin ningún tipo de vergüenza ni desenfado . Le daba lo mismo devorar una ardilla tierna que un caballo negro azabache o acabar con un pavo real y saltar sobre un montón de reptiles hambrientos .Es un animal muy impetuoso ,irascible y a la vez manso y calmado. Son dos seres en uno buscando adueñarse de una vida .Son el día y la noche y lo que hay después .
El gran lince pardo empezó su acostumbrada danza del cortejo mientras el lince rojo permanecía inmutable ,ajeno ,quieto ,perdido en su propio mundo añorando otro desdén .Otra cacería .El lince pardo se detuvo a escuchar los pesares del rojo y éste le confesó:

“Mientras dilatas mis ganas, yace mi cuerpo
agazapado como un carnívoro al acecho de la presa ,
que no muestra ningún obstáculo pero tampoco ningún miedo.
Te veo moverte zigzagueante como estudiando los latidos de mi ardor,
Esperando, y buscas con tu entrega
Desarmar mi armadura y desafiar mis estímulos.
Tú eres la presa que dejó de serlo.
Tú, malévola, te conviertes en cazadora
Y te lanzas al precipicio de las turbulencias
¿Pero acaso no concibes que para poseer un demonio
debes caer hasta convertirte en uno?
¡Que cuesta una vida salpicada de lactantes vertiginosos
y plasmados de calambres fatuos!”


Fue tan denso que el lince pardo solo atinó a mirar al rojo esperando ser atendido. Pero un silencio infeccioso aisló el bosque y una sombra negra rodeó al lince rojo .¡Hasta el eco de las emociones sucumbiría ante fatal enemigo! Era uno de esos extraños días en que el sacudón del silencio se llevaba todo .El lince no podía permanecer allí. No podía pertenecer a nadie más que a sí mismo. Era el peligroso encuentro con la desolación que colma de furiosa lujuria a los desterrados, a aquellos entes desprotegidos.

“Yo ya no soy más ese que
se bate con las ráfagas
y ya no soy aquel que
se mueve desvergonzadamente,
Impune permanezco ante la gran cobija negra
Que envuelve mis temores,
Y solamente soy todo lo que temo
Y temo todo lo que soy,
Mi fuego parece el de otro
Ya no me quema con escarlatas
Ni me azota con latigazos rojos,
Mis luces guía se apagan a sus anchas
Y la oscuridad me ciega a sus antojos ,
Mis lazos se atan al suelo
Y mis caminantes avanzan sin mi,
Estoy colapsando mis sueños
Y haciéndolos pesadillas rojinegras ,
Mientras mis últimas visiones se estrellan contra el cenit,
No creo sobrevivir
El gran enmascarado negro me ha vencido”


Animados por las voluminosas aventuras que podían vivir juntos se miraron fijamente por última vez como aceptando el destino impuesto. El lince rojo miró la figura magnánima del lince pardo y pareció decirle con la mirada...:

“Buscas incesante una respuesta
Buscas entre la maleza y lo recóndito,
Buscas eso que no ves, que existe,
Que está ante tus ojos y no logras capturar ,
Que en sueños se revela y te somete,
Que arde más que cuando rasgas tu velo al alumbrar ,
Y calma tempranamente el dolor de castrar,
Es una carga muy pesada...
Que te devuelve tu aliento después de copular ,
Que solo dura unos cuantos momentos de fascinación ,
Y después volverás por más,
Siempre por más.
Hasta que te destruirás...”


Finalmente el lince pardo bajó su mirada y desapareció del cuadro dejando atrás una camada de sueños insoñables y víctimas apartadas .El lince rojo permaneció en silencio ,a solas. Ya no estaban los árboles .Ya no estaba el tiempo .Solo se quedó ahí para respirar lo que quedaba del cielo y acampar imperecedero con sus ganas.

“Tantas veces he roto tu secreto
que no me he permitido escupir mi necedad,
Tantas noches he sido tu alimento
Que no me he dejado disfrutarte en saciedad,
¡Castidad para los desprevenidos
y carne para los hambrientos! Decían los puritanos,
Yo ya estoy en otra nube,
La del encadenamiento de los cuerpos,
Marcando el punto donde va la flecha,
Y mordiendo con mis dedos la canción del desenfreno”


En respuesta a Deseo tu Obscuridad del Hada Oskura

3 comments:

Gabriella said...

Magnifico trabajo. Siempre es un placer transportarme en este escrito a una epoca pasada...

Allan Oden Racoda (el lince rojo) said...

Je! sí, pero a veces es peligroso transportarse al pasado ¡Glup!

Gabriella said...

Parece que comentamos pasando un año, cada vez. Excelente escrito, todavía lo leo y escucho tu voz relatando. Tu forma de escribir es una de mis musas. Muy satisfactorio volver a leerte.