El Lince Rojo

Un lince bandolero se esconde bajo las inclinadas ramas en la oscuridad de un bosque espeso .Pasa la noche destruyendo nidos, refugios.
En la intrincada espesura forestal reina una oscuridad lúgubre.
Los ojos del lince ven perfectamente en la oscuridad .Sus blandas patas felinas no hacen ningún ruido al andar por la tierra. Sus orejas, coronadas de pequeños penachos, oyen a las mil maravillas.
El lince, con el cuerpo pegado a la tierra, termina de devorar lo que ha cazado por la noche. Sus fieros ojos brillan como lucecitas. Los animales y las aves le temen y evitan el encuentro con él. El lince vive solitario, muy solitario, escondido en lo más intrincado del bosque. En el enmarañado bosque reina el silencio. El lince oye cómo una ortega vuela de un árbol a otro; como una avecilla pía meciéndose en una rama; cómo un ratoncillo corre con suave rumor .El lince sale de noche a cazar. Se desliza con sigilo por el bosque, atrapando animales tímidos e imprudentes. A las filosas zarpas del lince no escapa nadie: ni la blanca y virginal liebre que se ha descuidado, ni tampoco las asustadizas ortegas .El lince, fiero bandido ocasiona mucho daño en el bosque.
Un lince muy cauto aparece en un calvero, llevando en las fauces a un gallo de rojas cejas que acaba de atrapar. El bosque, al atardecer, está silencioso y sombrío. Los altos y oscuros abetos no se mueven. Por allí corre, ligero e imperceptible, un lince. El animal lo oye todo: cómo de las ramas se desprenden, girando en el aire, las hojas secas; cómo silban en la espesura del bosque las ortegas; cómo vuela y se posa en el tronco de un árbol muerto una pajarilla.
En el intrincado bosque, el lince lo ve y lo oye todo. Así corre entre los árboles a la búsqueda de una presa. Atrapa a una liebre que se ha descuidado. Atrapa y echa la zarpa a una ardilla o se acerca sigiloso a un gallo lira que se ha dormido .También engulle sobre la marcha a un ratoncito. Es casi imposible llegar a ver a ese animal sensible y cauteloso que anda sin hacer ruido, oye hasta los sonidos más lejanos y sabe trepar a la cima más alta y frondosa. Es casi imposible escapar de un lince...es imposible domesticar a un lince...
-Texto tomado del libro Un Año En El Bosque de Ivan Sokolov - Mikitov (agosto 20. 1995) –